Los Siete o “Entusiastas” como los llaman Riso y Hudson, son seres de los cuales aprendo mucho, ya que tienen una manera liviana y descomplicada de mirar la vida…algo que me saca de la gravedad con que yo tiendo a mirarla. Así que tenerlos cerca me hace bien.
Y, como todo tipo de personalidad, los Siete tienen su camino de aprendizaje propio, su trampa por descubrir…y me surge comentar una palabras escritas por mi amiga Alba Domingo, quien en un comentario a un post mío habla sobre cómo se identifica con el Siete:
“Yo me identifico con el eneagrama 7, el entusiasta; me resuena la descripción y el tema de la impulsividad y la superficialidad...”
Ellos tienden a ser vistos como superficiales, ya que TODO les interesa, con todo se maravillan y rápidamente se aburren (palabra prohibida de este Eneatipo, el Aburrimiento). A ojos de los demás, no se detienen a profundizar suficientemente en los temas. Son como buscadores compulsivos de experiencias nuevas. Entonces, cuando finalmente hacen algo largamente esperado, no lo disfrutan, porque andan pensando en lo que viene, que probablemente es mejor, o más interesante. Quieren mantener todas las opciones abiertas, sentirse libres (otra gran palabra para ellos), que no me coarten sus posibilidades.
Lo anterior hace que los Siete sean vistos por lo demás como poco comprometidos, porque les cuesta sostener…comienzan algo y luego quieren pasar a lo siguiente. No están presentes en el momento, con las situaciones ni con las personas. Y no es que rechacen lo que dejan atrás, es sólo que lo que viene les entusiasma, los invita tanto, que lo quieren tener y su foco está en buscarlo.
Pero detrás de esa vida llena de saltos a cosas nuevas, hay una búsqueda de cosas, de experiencias que les quiten esa ansiedad que sienten cuando se detienen…es como si anduvieran arrancando de sí mismos…como si pensaran "si me quedo demasiado tiempo en lo mismo, voy a tener que mirarme, y no sé si quiero encontrarme… y voy a tener que mirar las cosas como son, y tampoco sé si quiero enfrentarlas así, porque me pueden quitar mi felicidad..."
Dice Alba “…el abismo al que yo tengo que saltar cada día es "no saltar", lo que mi ego me dice es que no puedo vivir sin mi impulsividad, y yo le desafío esperando y escuchándome. Esto ha sido posible gracias a haber realizado un proceso de coaching en el que he encontrado mi intuición, y entonces he sabido que mi intuición me guiaría si prescindía de mi impulsividad y me ha dado mucho menos miedo prescindir de ella.”
Los Siete tienen la capacidad de aprender que no es necesario escapar, que si sostienen, van a encontrarse con luces y sombras tanto dentro como fuera de ellos, pero que hay una guía interior que los va a acompañar. El regalo de este aprendizaje es encontrar la verdadera felicidad y libertad, aquí y ahora.
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